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El fraude “Lobsang Rampa”

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NI LAMA, NI TIBETANO, NI BUDISTA
NI LAMA, NI TIBETANO, NI BUDISTA

Quien advierte no es traidor

 

No es el propósito de la presente investigación señalar la enorme cantidad de desviaciones doctrinales en que cayeron la mayor parte de los occidentales al escribir sobre las prístinas enseñanzas de la “metafísica oriental”, aunque para ser precisos se debería decir “metafísica”, a secas, ya que la metafísica no es ni oriental, ni occidental: es UNIVERSAL.

Baste examinar  las extravangancias y malas interpretaciones que han hecho los orientalistas. El extravío doctrinal es mayor si se toman los trabajos de los ocultistas y neoespiritualistas (como son: teosofistas, espiritistas, rosacruces modernos, antroposofistas, pseudognósticos, “gurúes occidentalizados” exportados de Oriente a EEUU y Europa, pseudosufis, pseudocabalistas), y demás exponentes de la  New Age, Nueva Era o Era de Acuario.

Menos aún, se puede intentar desarrollar aquí lo que realmente enseña la Tradición Hindú sobre el “Tercer Ojo” u ojo frontal de Shiva.

Sólo se da una escueta semblanza hacia el final de este escrito. En este dossier se pretende sacar a la luz y desenmascarar a Lobsang Rampa y a sus epígonos.

Aún hoy,  hay gente sincera que quiere abrevar en las doctrinas hindúes y budistas  y recurren a los escritos de autores como Rampa, creyendo que sus relatos son verdaderos. Se equivocan.

Con el firme propósito y la sana intención de ahorrarle al lector pérdidas de tiempo y dinero se intentará aclarar quién es Rampa y “descubrir” de dónde saca sus “enseñanzas”.  Luego, podrá leerlo como una novela más o, si quiere, continuar engañándose con las degradaciones que cometió Rampa en toda su obra.

Es evidente que el éxito de la obra de Rampa se debe a que llega en un momento en que Occidente está en una penumbra de lo espiritual. Apoyándose en esa merma, acaricia, muy sutilmente, el ego de sus lectores y alienta en ellos  la posibilidad de adquisición de poderes sobrenaturales.

Toda su obra está escrita por la pluma y la mentalidad de un occidental que desconoce lo principal de la sabiduría oriental. No sólo comete infinidad de pifias en cuando al Hinduismo y al Budismo, sino que expande sus errores hacia la Tradición Judía y al Cristianismo.

El creyente sincero que busca una salida a las penurias y la chatura de su vida en lugar de optar por obtener una verdadera sabiduría suprahumana, debido a los autores como Rampa puede entregarse y perderse en la ilusión de la obtención de los poderes: viaje astral, hipnosis, levitación, clarividencia, invisibilidad, predicciones. lectura del aura, etc.  Y en los casos más severos llegar al sectarismo, aislamiento y a la locura.

Mucha gente le ha dicho a quien firma esta investigación que el lado positivo de Rampa es que por medio de su labor muchos occidentales accedieron a la sabiduría de Oriente. ¡No es así! En realidad conocieron una visión miope y deformada de las verdaderas enseñanzas. Sí acierta en algunos temas científicos que se encontraban en algunos libros de su época. Para conocer ese saber libresco alcanzaba con ir a una buena biblioteca y seleccionar los temas de interés.

Es positivo su ataque a la drogadicción: “Me pronuncio definida, total e irrevocablemente enemigo de las drogas cualesquiera que sean, a menos que sean administradas bajo estricta supervisión médica”.  Lo malo es que no se preocupa de lo que le sucede al drogodependiente en la tierra, sino en el astral.  Dice sin titubear: “Un drogadicto que muere y llega al mundo astral lo pasa muy mal. Tiene que ir a lo que es en efecto un hospital mental astral, porque su cuerpo astral se presenta retorcido y distorsionado y puede necesitar un lapso muy prolongado de esmerada y consciente atención para recuperarse y colocarse en condiciones de servicio”.

Es muy importante tener presente que en la época que Rampa cuenta de sus experiencias en el Tibet ya existían autores serios y responsables que trataban sobre las tradiciones de Oriente: René Guenon y  Ananda Coomaraswamy son muy buenos ejemplos; pero no se prestan a la fantasía.

Debe quedar bien establecido que en las verdaderas tradiciones la enseñanza profunda es oral, no libresca. Y además, no se publican para todo el mundo, como si fuera un comentario de fútbol o el aumento de la canasta familiar.  Dijo el médico alquimista Cornelius Agrippa que el saber tradicional “no se transmite mediante escritos, sino que se infunde en el espíritu por medio del espíritu”

Para que no queden lugar a dudas y el lector sepa a quién lee es importante aclarar que el autor de este dossier no es un escéptico. Si bien los respeta, no adhiere a aquellos incrédulos que presentándose como portadores del saber y la razón se burlan de los creyentes. Tampoco, pretende convencerlo de nada. Ni favorecer a una religión o tradición en desmedro de otra. Habla con  fundamento teórico y con  conocimiento vívido. Parafraseando al gran escritor José Martí : “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas”. El poeta cubano se refería a los Estados Unidos de América; quien les escribe: al orientalismo y el neoespiritualismo.

 

La historia de un éxito editorial

Se apersona el lama a la editorial… A mediados de los años cincuenta, un sujeto alto y corpulento, vestido como un monje budista tibetano, se acerca a  la editorial inglesa Secker and Warburg. Se presenta como el lama Tuesday Lobsang Rampa. Solicita que consideren publicar su autobiografía: “El tercer ojo”.

La editorial desconfía...

Rampa habla un perfecto inglés, con acento de Devonshire. Sin embargo dice en su primer escrito “jamás recibí una sola lección formal de inglés (..) mi ‘Escuela de inglés’ fue un campo japonés de prisioneros”.

En la práctica no acusa tono extranjero, ni sabe nada de la lengua original del Tibet. Situación que queda manifiesta cuando uno de los editores le expresa, sin preaviso, una frase en la lengua natal de los lamas. Rampa no lo capta. Cuando el editor le increpa su desconocimiento, el lama sufre un desmayo. Al volver en sí,  se excusa. Explica que “un bloqueo hipnótico” le impidió momentáneamente entender su propio idioma natal.

 

Se pide ayuda a notables ‘scholars’

Los editores no confían demasiado en el lama Rampa.  Entregan  “EL TERCER OJO” a una veintena de expertos para su evaluación.

El informe resultó negativo. El dictamen del antropólogo Agehananada Bharat es terminante y se edita en la publicación especializada: "TIBET SOCIETY BULLETIN" (volumen  7,1974): “Las primeras dos páginas me convencieron de que el autor no era tibetano, las siguientes diez de que jamás había estado ni en Tíbet ni en India, y de que no tenía absolutamente ni idea de la menor noción de budismo en cualquiera de sus variantes”.

También,  Hugh Richardson -miembro del gobierno colonial indio residente en Lhasa-, Marco Pallis - autor de “CUMBRES Y LAMAS”; ESPECTRO LUMINOSO DEL BUDISMO” y de “EL CAMINO Y LA MONTAÑA”, excelentes trabajos sobre la Tradición Tibetana -  y Heinrich Harrer - autor de “SIETE AÑOS EN TÍBET”-  y el detective Clifford Burgess, coinciden en que “EL TERCER OJO” se trata de un fraude. 

Como si esto fuese poco, se comprueba que verdadero nombre de Rampa era Cyril Henry Hoskin  (algunos biógrafos lo citan como: Hoskins. En la revista digital “EL QUINTO HOMBRE”, de Fabio Zerpa, se menciona que tras Rampa está el diplomático inglés Sir Cedric Arlingtonm un dato erróneo).

Por lo expuesto, la editorial sabe que está ante un engaño, un fraude.

 

La editorial huele el éxito de la obra

A pesar de las críticas la editora decide la publicación del manuscrito de Rampa.

Consideran que el trabajo está bien escrito y que de ser cierto que estuviese inspirado sólo por lecturas, igualmente resultaba extraordinariamente creíble.

Conocedores del mercado entienden que puede ser muy comercial. Vislumbran un triunfo en ventas. ¡No se equivocaron!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Publicación, reediciones y nuevas obras; reediciones y nuevas obras; reediciones y nuevas obras...

En 1956, aparece en Gran Bretaña  “EL TERCER OJO”, escrito por  Lobsang Rampa, quien pretende ser un lama tibetano ungido de poderes sobrenaturales, quien huyó del Tíbet ante la invasión comunista.

Debido a su enorme éxito editorial se reedita varias veces.

Es tal la aceptación que posteriormente se publican nuevos libros  de éste “monje del Tibet”:  “EL MÉDICO DE LHASA / EL MÉDICO DEL TÍBET”;  “HISTORIA DE RAMPA / EL CORDÓN DE PLATA” ;  “LA CAVERNA DE LOS ANTEPASADOS” ; “MI VIDA CON EL LAMA”; “TÚ, PARA SIEMPRE / USTED Y LA ETERNIDAD”; “LA TÚNICA AZAFRÁN / EL MANTO AMARILLO”; “LA SABIDURÍA DE LOS ANTEPASADOS/ANCIANOS”; “EL CAMINO DE LA VIDA”; “MÁS ALLÁ DEL DÉCIMO”;  “AVIVANDO LA LLAMA”; “EL ERMITAÑO”; “LA DECIMOTERCERA CANDELA”; “UNA LUZ EN LA OSCURIDAD”; “CREPÚSCULO” ; “TAL COMO FUE”; “YO CREO”; “DESPUÉS DEL TIEMPO”; “EL SABIO TIBETANO”.

Tras la muerte de Rampa se edita:  “MY VISIT TO VENUS”. No traducida al castellano. No reconocida por sus adherentes.

Su mujer, Sarah Rampa, publica: “EL GATO TIBETANO”; “GATOS Y PÉTALOS”; “DAMA DE OTOÑO”.

Finalmente, un tal San Ra-Ab Rampa (dicen que bajo este seudónimo puede ocultarse su mujer, Sarah) publica dos libros. Una antología de su obra: “EL TESTAMENTO DE LONBSANG RAMPA” (1987),  “LUMIÈRE ET SAGESSE” (en francés).

Finalmente, un tal Songang Tulku elaboró dos trabajos dentro de la línea de Rampa: “EL HEREDERO DE LOBSANG RAMPA” ; “LOS JARDINEROS DEL MUNDO”.

 

Prólogos no muy comprometidos

El Prólogo de los Editores, de “EL TERCER OJO” dice: “La autobiografía de un lama tibetano es la crónica única de una experiencia y, como tal, inevitablemente difícil de corroborar. En un intento para confirmar las afirmaciones del autor, los editores sometieron el manuscrito al examen de casi  veinte lectores, todas personas de inteligencia y experiencia, algunas con conocimientos especiales sobre el tema. Sus opiniones resultaron tan contradictorias que no se obtuvo ningún resultado positivo. Algunos cuestionaron la veracidad de una sección; otros, la de otra; lo que un perito no admitía, era aceptado incuestionablemente por otro. Los editores se preguntaron: ¿existe algún perito que haya recibido la educación de un lama tibetano en sus formas más evolucionadas? ¿Habrá alguno que haya sido criado en el seno de una familia tibetana?”

Sin embargo, como bien se expuso más arriba, en Se pide ayuda a notables ‘scholars’ quedó demostrado que los editores sabían muy bien de qué se trataba.

Continúa el “PROLOGO”: “Lobsang Rampa ha mostrado documentos que prueban que posee títulos de la Universidad de Chungking, y en esos documentos se lo llama Lama del Monasterio de Potala en Lhasa”.

En "TAL COMO ES AHORA" Rampa narra que fue al Consejo Médico General de Inglaterra a buscar trabajo como médico. Lleva documentación que lo acredita. Le dicen que sus papeles estaban bien "pero por desgracia Chungking –donde supuestamente estudió medicina- estaba en poder de los comunistas" y que por esa razón no podían revalidarle el título. Cuenta Rampa que se enojó y les expresó que al momento de obtener su título, China no era comunista. Le dijeron que vuelva en un mes, pero parece ser que nunca se revalidó el documento.

Lamentablemente ni sus editores, ni Rampa  mostraron públicamente un documento que demostrase que Rampa haya estudiado medicina. El mismo narró "yo he realizado operaciones quirúrgicas en pacientes hipnotizados".

De haber estudiado en el Tibet, debió de tener materias similares a las que cursó el médico-lama Lobsang Tashi, quien en una entrevista otorgada a Ramiro A. Calle "VERDAD Y MENTIRA DEL TECER OJO" (1980) no mencionó a la hipnosis como una de sus materias. Asimismo, aseguró  que en el Tibet no se practicaban operaciones quirúrgicas, menos aún, de cerebro, como dice haber recibido el mismísimo Rampa.

Los editores vuelven a cubrirse las espaldas al decir:

”A pesar de todo, los editores  creen que ‘EL TERCER OJO’ es en su esencia, un relato auténtico de la crianza y educación de un muchacho tibetano, en su hogar y en un lamasterio. Cualquiera que difiera de nosotros, creemos que por lo menos estará de acuerdo en que el autor está dotado de gran habilidad narrativa y del poder de evocar escenas y personajes de interés absorbente y único”.

En el segundo libro de Rampa, “EL MEDICO DEL TIBET” los editores expresan que: “sea cual fuere la verdad (si es que se llega a conocer alguna vez), conviene que ‘EL TERCER OJO’ y ‘EL MEDICO DE TIBET’ se pongan al alcance del público, aunque sea sólo porque son libros sumamente entretenidos por mérito propio. Cada lector debe llegar a una decisión personal respecto de los problemas fundamentales que presentan”.

 

Una dirección enigmática

Ubicar su domicilio

Algunos de los detractores de Rampa dudan de su existencia  al sostener que nunca contestaba las cartas a sus admiradores.

Según fuentes del Royal Mail británico la dirección de contacto que durante años figuró en sus obras:  “Dr. T. Lobsang Rampa, BM/TLR, London W.C.l, England”, es factible que no haya existido jamás.

Sin embargo, sus admiradores sostienen que respondía de propia mano las cartas que recibía de sus lectores.

Hugo González Castro, en su sitio web dedicado a Rampa y a Carlos Castaneda, dice :”Hace tiempo contacté con Robert Hearsch, una persona que afirmaba haberse carteado con Lobsang Rampa. Ofrecía gratuitamente copias de sus cartas personales a quien le pudiesen interesar. Me mandó dos cartas escaneadas, y una foto suya. Nos carteamos durante algún tiempo, y un día dejó de funcionar su buzón de correo electrónico”.

En las cartas que menciona González Castro, de 1978 y 1981, los datos que figuran en el membrete son:” DR. T. LOBSANG RAMPA; P.O. BOX 6714, POSTAL STATION ‘D’ , CALGARY, ALBERTA, CANADA, POSTAL CODE T2P  2E6”.

Que Rampa habite en Inglaterra, en Canadá o en la Antártida no contradice que en su niñez y juventud pudiera haber estado en el Tibet, ni que sus libros contengan enseñanzas originales de los lamas tibetanos o sean puras falacias.

 

Rampa y la “cura” de la homosexualidad

Rampa en “AVIVANDO LA LLAMA” explica la etiología y el tratamiento de la homosexualidad:  “En el proceso de trasladarse del mundo astral al mundo llamado Tierra pueden producirse confusiones. Nacer es una experiencia traumática, es un suceso de lo más violento y un mecanismo delicado puede fácilmente trastornarse. Por ejemplo, está por nacer un bebé y durante su embarazo la madre se ha descuidado un tanto sobre lo que comía y hacía, de manera que el niño no recibió lo que podría llamarse un aporte de elemento químico balanceado. Puede haberse visto privado de él por lo cual el desarrollo de ciertas glándulas puede haber sufrido. Digamos que el nuevo ser iba a ser una niña pero, por carencia de ciertos elementos químicos, etc., en realidad nació varón, un varón con inclinaciones femeninas. Los padres pueden advertir que tienen un pequeño afeminado y desechan los mimos, tratando de inculcarle de un modo u otro el espíritu masculino, pero eso no da resultado: si las glándulas no son las que corresponden, no importa qué clase de denominaciones se le asigne: el muchacho es todavía una niña en un cuerpo de varón”. Continúa Rampa diciendo que “en la escuela puede parecer un mojigato” y cuando se convierte en adulto “corre detrás de otros muchachos” (...) Cuando más femenina sea su psiquis, más fuertes serán sus tendencias homosexuales. Si una mujer tiene psiquis masculina, entonces no se interesará por los hombre sino por otras mujeres, porque su psiquis que está más próxima al Superyo que lo que lo que está su cuerpo físico está transmitiendo mensajes confusos al Superyo (...) deben ser considerados como enfermos que sufren trastornos glandulares y si los doctores tuvieran inteligencia harían algo para curar ese estado glandular patológico.”

Luego de arremeter contra “los médicos de Occidente que son unos bandidos empeñados sólo en hacer dinero” y contra “los psicólogos, atrofiadores de cerebros, no auxilian en realidad mayormente porque tardan años para hacer lo que el individuo medio haría en pocos días” explica la manera de ayudar a los homosexuales: “La primera residiría en que una persona muy entendida y bastante mayor, con una profunda simpatía por el enfermo le explicara exactamente qué es lo que sucede. La segunda sería como la primera, pero con el agregado de que se le suministrara algún medicamento para reprimir el impulso sexual. La tercera, nuevamente que recibiera una explicación clara de lo que le ocurre y que un médico capacitado le indicara inyecciones de hormonas o testosterona que pudieran facultar el organismo definitivamente en un equilibrio sexual”

Más adelante recalca que la homosexualidad “es obra de la naturaleza, quizá su madre ha ingerido alimento que no era conveniente o quizá ella y su hijo eran químicamente incompatibles”.

Más claro imposible. Es una enfermedad. Ocurre por un confusión del mundo astral a la Tierra y/o por una mala alimentación de la madre y/o por mensajes confusos al Superyo. Se “cura” con la ayuda de una persona mayor que le explique qué le pasa y/o se le agrega a la dieta un medicamento para frenar la sexualidad y/o se lo equilibra con inyecciones hormonales.

 

Rampa y el etnocentrismo

UN KARMA ETNOCÉNTRICO

En “AVIVANDO LA LLAMA” intenta explicar que el ser humano debe pasar varias vidas en la Tierra. Habla del karma y la reencarnación. Este planeta sería como un colegio en donde se pasa de grado.

Dice: “Si uno comienza de aprendiz tendrá que hacer los trabajos peores: limpiar herramientas, equipos, pisos, etc y, por la misma razón que se es sólo un aprendiz no se tiene mucho dinero y hasta en algunas ocasiones sufre hambre. Eso no significa que haya culpa de karma porque si viene por primera vez a la Tierra no tiene mucho karma (...) una persona viene a la Tierra por primera vez y casi siempre esa persona es miembro de una raza salvaje, alguna tribu realmente bárbara (adquiere cierto conocimiento (...) No se oye que una persona venga, digamos, de Europa o Norteamérica como primera encarnación. Podría llegar como miembro de una de las salvajes y atrasadas tribus de África o Australia, de uno de aquellos lugares que escasamente han sido visitados por la llamada civilización (...) Posteriormente la persona encarna en sociedades cada vez más avanzadas”.

En estos pocos renglones Rampa expone muy bien su mentalidad  occidental y eurocentrista.  Es un darwinista espiritual. Dice en “EL CAMINO DE LA VIDA: “Siempre tenemos que progresar, y es mi creencia forme, que es también la creencia del pensamiento oriental, que todos tienen que saber estas cosas antes que puedan pasar a las etapas superiores de la evolución”.

También sostiene: “la gente mejora en el curso natural de la evolución”.

Es etnocentrista  y relativista cultural  porque ensalza su cultura, la occidental, en contra de las otras. También, es racista pero se analizará mas adelante cuando hable de los judíos.

Para su formación el “civilizado” es el europeo y el estadounidense. Para su pensamiento simple el mundo aparece dividido en dos niveles:

              SUPERIOR     CIVILIZADO

              INFERIOR        PRIMITIVO

Asimismo, justifica que el aprendiz no gane lo suficiente como para vivir. Por lo que también es capitalista y explotador.

Recuérdese al etnocentrista y gran escritor Rudyard Kipling, quien en 1899, decía en el “LONDON TIME”:

“Asumid la carga del hombre blanco

enviad los mejores de vuestros hijos

condenad vuestros hijos al exilio

para que sirvan a vuestros cautivos,

para que vigilen, enjaezados

a pueblos agitados y salvajes.

Pueblos casi indómitos, impacientes,

Mitad demonios y mitad niños”

 

Tengo un amigo judío....

En “EL CAMINO DE LA VIDA” enuncia “Hay un tipo especial de personas que son las que han fracasado en un ciclo y tienen que volver a la misma ‘aula’ para hacer una segunda tentativa. Por falta de una denominación mejor se los llama ‘judíos’”.

En “TESTIMONIOS” agrega:  “El pueblo judío es una raza que, en una existencia pasada, no supo hacer progresos”.

Aparentemente no fue muy bien tratado por sus lectores judíos por estas expresiones y oscurece más su prejuicio al decir: “muchos amigos míos son judíos y que yo los admiro pues representan una raza muy vieja que posee conocimientos que muchos otros, menos dotados, envidian”.

Rampa vuelve a hacer en el etnocentrismo, pero esta vez se desvía hacia el racismo. Acierta al decir que los judíos  tienen conocimientos, pero no se extiende, por lo que se nota que desconoce mucho más su cultura.

Le pifia al considerarlos una raza. Le faltó decir son una raza pura y la situación se hubiera complicado aún más.

Dice el sabio  Rabí Schlomó  ben Itzhak (Rashi) que la tierra de la cual fue creado Adam de acuerdo a lo que menciona la Thorah (en cananeo medio, “doctrina” o “ley”) o Pentateuco (en griego, “los cinco tomos”: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) sobre la creación del primer hombre, no fue tomada de un único lugar, sino que de distintas partes del planeta Tierra. Quiere decir el Rabí que la dignidad humana no se basa en el lugar, comarca, región o país donde nació el hombre. Por ende el judaísmo no es una raza, sino una comunidad de creyentes en un único Dios.

Dicho sea de paso, los israelitas son los descendientes de Israel o Jacob “Combatiente de Dios”). Divididos en 12 tribus, establecieron en Palestina (en 1240 y 922 a.C) dos reinos, Israel al Norte (10 tribus) y Judá al Sur (2 tribus). El reino de Israel fue destruido por los asirios, y los sobrevivientes se mezclaron con otras culturas y pueblos. El reino de Judá cayó presa del babilonio Nabucodonosor  en 587 a.C, llevando a sus habitantes sobrevivientes a la Mesopotamia. A partir de allí se conocieron como judíos.

Asimismo, por definición es judío quien nace de vientre judío o quien adopta esa religión para su vida.

De cualquier manera es común que se los asigne como una “raza”, con lo que se le carga al término intenciones sociopolíticas. Basta recordar, entre otros,  a los tristemente célebres nazis

Rampa aconseja que quien esté interesado “por el tema”, se refiere a los judíos, consulte la Biblia, “en Reyes, XI, 16-6 (...) allí veréis que en esa época al judío se le llamaba jahudí”. También, recomienda ver “Esther, XI,5. Allí encontraréis que al judío se lo menciona por primera vez”.

Si se le obedece y se recurre a la Biblia, en la antigua versión de Casiodoro de Reina, revisada por Cipriano de Valera (Reina-Valera o Biblia del Oso) se ve que Reyes tienes dos libros (primero y segundo), y no XI.  En cuanto a Esther, no tiene once capítulos, sino X.

Con respecto al término “jahudí”, tal vez se refiere  a “yehudí” en hebreo: de la tribu de Judá.

“Lampa” no los “quiele”

Sí, Rampa no los quiere, pero de cualquier manera no puede ser tan ignorante.

Expone con su sabiduría: “Existía también la gran civilización de la China antigua, pero aunque se ha alabado a China como un país de alto nivel religioso, en realidad se interesaba más por las artes de la guerra. Las civilizaciones de China nos legaron haberes tan dudosos como explosivos: cometas que volaban a gran altura y descargaban andanadas de flechas envenenadas  (...) los chinos fueron los primeros en hacer hace ya siglos la guerra con cohetes”. Hecha paños de agua fría al decir: “China nos dio también artes y oficios”.

Desconoce a Fo-Hi y al YI KING o LIBRO DE LAS MUTACIONES, y a la Tradición Taoísta.

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Armin Vans

 
 

95 comentarios Dejá tu comentario

  1. La razón de estos comentarios me son bastante ajenos, tienen cierto cargo de ¿ira?, ¿negación? o ¿solo defensa?, la idea es respetar otras ideas y ver esta vida con sinceridad. Si Rampa mintió, solo Rampa lo sabe; Él ya no esta y si lo está, cargará con su propio Karma,es su trabajo velar por cuanto haya fallado. Cada uno debe sentir la verdad, escucharse y sentirse, ver lo que el amor dice, lo que lo bueno y sincero dice, si cada persona que lea a Rampa ve algo de verdad, estará siempre en lo correcto, si siente que algo no esta bien, no se sigue. Si el autor de esta edición y autores(as) de otras ediciones, vieron mentira en Rampa y sintieron la necesidad de compartir su verdad, es su camino. Reitero que es decisión escuchar (o leer), pero juzgar y cargar sus palabras... ¿eso hace alguien que se considera en un camino celeste?

  2. Me alegra descubrir un análisis de la veracidad de la obra de Rampa. Con un poco de melancolía y nostalgia te comparto que fue mi primer libo de acercamiento al budismo tibetano, y todavía resuenan en mi mente algunas enseñanzas del libro. Lo superficial con que expone las enseñanzas del budismo tibetano saca a flote el fraude, claro, después de leer varios años otros textos tibetanos advierte uno que sabiduría de bolsillo, esa generada para vender, no calma la verdadera sed. Basta con conocer las enseñanzas de Buda acerca de los siddhis y su obstáculo para obtener una verdadera realización. Cuando algo no tiene buenos cimientos cae por su propio peso, fuera de las nostalgias pasadas ahora con más conocimiento puedo decir que si hay un genero en donde puede ser situada su obra es sin duda la ciencia ficción. El dharma de Buda no necesita agentes publicitarios, observo que Rampa no se acerca ni de lejos a las ramas de una extensa enseñanza que la mayoría de nosotros somos ignorantes.

  3. si ya casi todos aceptan que lobsang rampa, es un fraude pero que maravilloso fraude , los primeros tres libros , a pesar de su veracidad o no,son una novela impresionante,no podes dejar de leerlos,Yo descubri a rampa hace mas de treinta años, buceando en una biblioteca, encontre el tercer ojo,alli empece a comprar todos su libros, hasta que llegue al libro que se comunica telepaticamente con sus gatos,y alli lo abandone,y comence una busqueda y a estudiar esoterismo, religiones, metafisica,etc, y eso lo inicio el tercer ojo, y se que a mucha gente le paso lo mismo,y en eso radica de ultima la importancia de lobsang rampa,saludos¡¡¡¡¡

  4. Autentico, o fraude, en términos pragmáticos es válido, porque leer sus libros aunque sea en concepto de ciencia ficción vale la pena.

  5. Concuerdo con el comentario anterior. Hay un merito innegable y está además la invitacion a la curiosidad por lo no tangible y a incorporar otras culturas y otras concepciones, aunque el rigor no sea su fuerte. Lo conocí adolescente y fue importante en la construcción de mi modelo de mundo. Ya más adulto puede incorporar mayor información y hacer los ajustes necesarios, pero agradezco siempre el estimulo inicial.

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