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Más que sintonía fina, se trata de ajuste

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A LA CLASE POLÍTICA NO LA UNE EL AMOR, SINO EL ESPANTO... AL DÉFICIT
A LA CLASE POLÍTICA NO LA UNE EL AMOR, SINO EL ESPANTO... AL DÉFICIT

El poder político decidió acelerar medidas que impactarán fuerte sobre el bolsillo de la población, avisado de que si no recompone ingresos rápidamente, el déficit provocado por la disparada del gasto combinada con la inflación, se puede llevar puesta a más de una administración.

 

 Con matices y retórica diferentes, la presidenta Cristina Fernández, su vice, Amado Boudou, los gobernadores Daniel Scioli, Daniel Peralta o cualquier otro, así como el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, arribaron a la misma conclusión: ganadas las elecciones, ahora más que sintonía fina, se trata de hacer el ajuste.

 De cómo lo aplique cada uno, y de la mayor o menor pericia para presentarlo en el "relato" —para usar un término de moda—, dependerá el impacto social y político que tendrá cada medida por jurisdicción, pero de cualquier forma los consumidores sentirán en carne propia que la fiesta terminó y ahora hay que pagar la cuenta.

 El problema es que así como las cuentas públicas fueron erosionadas por la inflación, los ciudadanos también la padecen en sus bolsillos a diario.

 Si ahora las familias deberán pagar más por electricidad, gas, agua, subte y, seguramente más adelante, colectivos y trenes, la recarga sobre sus espaldas será doble.

 El kirchnerismo acostumbró a los argentinos a vivir en una economía subsidiada, con muchas de sus variables distorsionadas, sin brújula para los precios que rigen el día a día de la vida cotidiana y un dólar que comenzó a retrasarse hace más de un año, para mencionar algunos ejemplos de sectores donde la "sintonía fina" deberá actuar más temprano que tarde.

 Esa ilusión tenía larga vida en una economía donde el grifo de las exportaciones sojeras siguiera abierto a gran escala, y el mundo continuara demandando a destajo lo que aquí brotaba sin cesar.

 Pero ahora los vientos ya no soplan tanto a la cola, y dará mucho más trabajo mantener una economía encauzada.

 En su idea de aplicar "sintonía fina", Cristina despidió el año firmando un decreto que si bien primero pasó desapercibido, luego estalló en toda su magnitud y generó profundo malestar en sectores gremiales de peso.

 La Presidenta le avisó a todos sus funcionarios que pone en revisión los salarios de 300 mil empleados públicos, y que de ahora en adelante habrá que cuidar los gastos.

 Ya no más contratos con plus que duplicaban su monto original, u horas extras utilizadas para compensar deficiencias salariales.

 Llegó la hora de ver en qué se gasta y cómo, porque la Argentina del 2012 será muy distinta a la de la campaña electoral, y las arcas del Estado estarán exigidas.

 Habrá que ver si esa sintonía fina también se extiende a los actos que casi a diario realiza la mandataria, muchos de los cuales son transmitidos en cadena nacional, y que tienen un altísimo costo en logística de traslado de gente e instrumentación.

 También si en esa lógica de "campaña permanente" se mantendrá abierto el chorro de fondos que fluye casi en forma descontrolada hacia la deficitaria Aerolíneas Argentinas —más de 3.000 millones de pesos— o se vuelca al polémico "Fútbol para todos", con más de 600 millones anuales.

 Es que el 2011 cerrará con el déficit más alto del ciclo kirchnerista, de unos 34.000 millones de pesos, y si no se hiciera contabilidad creativa haciendo pasar por ingresos fondos que en realidad no lo son, rondaría los 52.000 millones.

 

 Auxilio a provincias

 

 Con más margen de maniobra que las provincias, la Nación fue en su auxilio para evitar que muchas cayeran en desórdenes sociales.

 Fue así cómo Cristina decidió refinanciarles deudas por dos años, de tal forma que cada gobernador podrá llegar a las legislativas del 2013 con un escenario fiscal más desahogado.

 Pero Cristina también les avisó que a ninguno se le ocurra seguir descorchando champán, ya que antes de que termine febrero le deberán informar la cantidad de empleados públicos que tienen y sobre esos números se pondrá la lupa.

 Estimaciones privadas y de la oposición calculan que entre Nación, provincias y municipios hay un millón de empleados públicos en la Argentina, una cifra que aparece claramente exorbitante y que refleja hasta qué punto muchos dirigentes eligieron el camino más fácil para captar adeptos.

 Es que un empleado público, sobre todo en el interior del país, no representa sólo un voto, sino también el de toda su familia.

 Como parte de la sintonía fina, también Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires aumentó con fuerza los impuestos, a pesar de lo cual cerraría el año con un rojo de 6.000 millones de pesos.

 Daniel Peralta, en Santa Cruz, quiso aplicar un duro recorte de gastos y casi se le incendia la provincia, con huida de La Cámpora de Máximo Kirchner incluida, en un final todavía abierto.

 Por su parte, Mauricio Macri aceptó a regañadientes hacer el "esfuercito" que le pidió Cristina antes de someterse a una operación, para que le traspasaran el subte, porque el gobierno nacional no quería pagar el costo político de aumentar las tarifas.

 Claro que el jefe de Gobierno casi sobreactuó y de un plumazo disparó el costo de un viaje de subte 127 por ciento, un impacto demasiado alto para quienes usan ese medio de transporte para concurrir día a día a sus trabajos.

 Lo que viene, tanto a nivel nacional como en cada jurisdicción, será más de lo mismo.

 Con elecciones recién ganadas, la clase política, kirchnerista o no, se convenció de que ahora o nunca es necesario corregir todo lo que por conveniencia política no se hizo a su debido tiempo.

 

José Calero
NA

 
 

20 comentarios Dejá tu comentario

  1. Calero: con los 4 o 5 millones de personas que a diario ingresan a la Capital, le parece que puede haber 1 millón de empleados públicos? No, muestra de ellos es la ciudad vacía de autos y transporte público con menos demanda. Es que ahora no funciona el Congreso, hay feria judicial y seguro la mayoría de empleados ministeriales, están de vacaciones, Anses tampoco atiende la mayoría de trámites, y la ciudad aliviada de empleados públicos. Por otra parte creo que la mitad del padrón de aportantes activos de Anses está relacionada con los empleados públicos del país, y teniendo en cuenta que aún sobreviven otras cajas de aportes.Cuantos maestros de escuelas públicas hay en el país, un ejemplo, etc, Un millon de empleados públicos es muy poco, hay que analizar la base de datos de Anses, es así de fácil.

  2. Si el ajuste se realiza en el Estado Nacional, donde es muy comun que desde hace años en algunas reparticiones se liquidan horas extras y viaticos sin que exista causas ni elementos que justifiquen la realización de una sola hora extra. Siendo esta "distribución" beneficiando a los empleados mas obsecuentes que a otros, distorcionando el verdadero sentido de esto, lo veo bien. Pero que se aplique en toda la administración publica, incluyenmdo al personal del Congreso y de Presidencia. Hay reparticiones que no saben lo que es un ahora extra, ya que el preseupuesto no lo contempla, tambien existen otras, que las horas seliquidan como complemento de haberes.

  3. Objetiva, no dudo que miles de empleados publicos estan de vacaciones, pero en los papeles figuran presentes, ya que las horas extras truchas se liquidan los 365 dias del año.

  4. Ls sintonia fina, aunque llegue al Congreso, es tarde, ya que los Sres legisladores ya se aumentaron el 100% los sueldos. O sea que el ajuste es para el restos de los ciudadanos.... (que ya votaron...)

  5. Como empleado del Estado Nacional, Jefe de Área con 30 años de servicio, equiparado a la Letra D del SINAPA (Sistema Nacional de la Profesión Administrativa, hoy SINEP (Sistema Nacional del Empleo Público), les comento sobre la situación y distorsión salarial por la que atravesamos los agentes comprendidos en las Letras citadas. Sucede que con la posibilidad de realizar horas extras que tienen los agentes comprendidos en las Letras E y F del citado escalafón, (personal con funciones de menor responsabilidad) duplican o triplican los haberes mensuales de sus jefes o superiores comprendidos en las letras D y C. Esta situación tuvo su inicio allá por el Abril de 1999 cuando se aprobó la Resolución 99/1999 que acordó para la Letra F 10 un haber superior para la totalidad de agentes incluidos en la letra E. En la practica esta diferencia se compenso cargándoles a estos mensualmente algunas horas extras de mas, situación que fue distorsionándose y generalizándose mes a mes y en la actualidad, algunos agentes de las letras F y los E superan las 200 horas extras con sus correspondientes gastos en comidas por mes, superando de esta manera los sueldos de sus superiores de letras D y C. Demás está decir que las horas extras solamente figuran en los recibos de haberes ya que no se realizan ni existen medios fidedignos ni ontroles ni tareas que justifiquen cargar con semejante cantidad de horas extras. A esta altura del relato, es necesario que para autorizar estas maniobras hay un acuerdo entre superiores y empleados donde estos últimos permiten que se les cargue en sus recibos de haberes horas extras para retornar a sus superiores o quienes avalan estas maniobras una cantidad mensual de horas siendo beneficiados en lo inmediato en la percepción del Aguinaldo y en el futuro aumentando su haber jubilatorio. Se puede afirmar que las horas extras han contaminado la Administración Pública y afectado la situación de aquellos D que por principios religiosos no formamos parte de este tipo de arreglos. Con la descripción realizada páginas de Internet tales como Fortalecimiento de la Gestión Transparencia y Participación Ciudadana y Capacitación y Recalificación Laboral y los funcionarios que en ellas se desempeñan están en otra cosa, o tal vez, como escuche por hay una frase que dice: Ciertos funcionarios al igual que los libros de una biblioteca los que menos sirven….se encuentran en los estantes mas altos. Insisto esto no es nuevo arranco en el año 1999 y todo este tiempo nadie observo ni controlo nada de nada . Muchas veces la Presidenta habla de la Argentina de antes y la Argentina de ahora en este tema nada ha cambiado. O al menos nada ha hecho al día de la fecha. Por lógica nadie reclama, porque esta situación permite mejorar la futura situación previsional, ya que se considera lo percibido en los últimos 120 meses, con esta situación de existir empleados “mulas” (solo sirven para cargar horas en sus boletas), estos obtienen un haber jubilatorio superior al de sus jefes, ya que no hay control de ningún tipo. En otras palabras, las horas extras pasan a ser complemento de sueldos, siendo un elemento distorsionador, y crea rivalidades entre los que se les liquida más horas, para mejorar su futura situación previsional, y también la injusticia de las reparticiones que cuentan con presupuesto para horas, de aquellas que no lo tienen. Esta situación arranco con Menem, De la Rua, Néstor y Cristina Kisner, han pasado los años pero nadie hace nada. Recientemente se reglamento que los F y E, además de los grados extraordinarios, podrán cobrar el tramo (un adicional al sueldo), pero también continuaran con las extras sociales. De esta manera no hay escalafón que aguante y el funcionario de carrera, espera la posibilidad de hacer algún convenio o rascar algo para mejorar su situación. Por supuesto que hay reparticiones como la AFIP, la DGI o ANSES que tienen escalafones diferentes y bajo ningún concepto un empleado va a cobrar más que su superior. Si el DNU firmado por la presidente intenta poner un poco de orden sobre el tema de las horas extras y viáticos truchos que beneficia a los mas simpáticos (o arrastrados) a los jefes de turno, bienvenido sea.

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